viernes, 2 de diciembre de 2022

Siempre en Noviembre

Tierno y sutil acarició mi vida.

Con bondad infinita curó soledades,

y golpes acaecidos.

Con paciencia recibió la impaciencia, 

el vaivén del juego, 

y el jalón de orejas de Bonita. 

Sin pedirlo, el corazón de quien lo conocía fue suyo. 

Y con ojos apacibles y llenos de nobleza, 

robaba miradas y sonrisas. 

Mi Nacho llegó para convertir sueños en realidades, como magia de verano hasta el final de sus días.

Otra vez en Noviembre. 


A mi Nacho. 

28 de noviembre de 2022

lunes, 5 de octubre de 2020

Ni poco más

Espero durante la noche una verdad que no llegó; una verdad hecha de desierto, olvidada en él. Su corazón, consumido con lentitud por la rabia voraz que sentía, la rabia de la verdad, se volvió cenizas: lo único cierto y constante seria su soledad, la elección siempre equivocada; nunca ser elegida, ni primera ni última. Ni poco más. No había Misterio, no había nada para ella dulce o permanente, nunca lo hubo; jamás besos o consuelo. Si el esfuerzo inagotable de vivir, solo eso. La furia pasó y Eloísa lloró en calma, mientras escribía, sumuda en ese único camino sin nada para asirse, ni recuerdos de verano o sonrisas en el frío París. Entonces cerró los ojos , abrazó la certeza de su suerte y en un suspiro soltó la calidez del cuerpo, de la esperanza y de la vida. Eloísa no volvió a sentir, ni poco más. *Escrito en julio de 2020.

Sin fin

-Un día parará la lluvia-, y mi sueño voló hasta tu ventana, tocó con fuerza el vidrio de ésta y te miró con tristeza durante minutos, horas completas. Intentó varias veces, en vano, que lo escucharas. La noche apareció, primero de forma tímida ocultando poco a poco los débiles rayos del sol, hasta que éste quedo atrapado entre sus brazos. Mi sueño volvió a tocar tu ventana, lo miraste un momento pero luego volviste la cara al otro lado como sino existiera; la tristeza me invadió. La lluvia persistía. Mi sueño murió de frío entre las gotas de agua; la lluvia no pararía jamás y lloré por siempre. Desde mi lugar supe que sonreíste. *Escrito el 3 de febrero de 2016.

domingo, 3 de marzo de 2019

Otro día

No te dejé, me fui para que ante la sorpresa me extrañarás,
para que en la ausencia volvieras renovado;
para que brillará en ti el amor que antes no fue suficiente.

Me fui porque te amo, porque te extraño,
porque no te reconozco a pesar de ser tú.
Distorsionado tu rostro sentí miedo, soledad;
me supe frágil ante tu presencia;
quise morir para entender.

Lloré pues no corriste tras de mi,
porque no podría morir sin matarme,
lloré porque a falta de morir no entendí.

No te dejé, soy la sombra que vela tu falta de sueño,
y tu sueño también.
Soy el sueño que no recuerdas al despertar
y que perdiste al dejar la niñez atrás.

Mi ausencia no te devolvió a mi,
no te sorprendió, no me extrañaste.
Me dejaste ir, cínico ante las evidencias,
y fuerte ante mi herida.

Tu rostro se quebró en pedazos frente a mi ,
No te  he vuelto a ver como antes,
solo me queda la oscuridad de  quien fuiste;
de mi recuerdo contigo, de tu ausencia en mi vida.

Tal vez otro día no me vaya,
tal vez otro día me detengas.
Tal vez otro día el brillosea suficiente.
O tal vez otro día muera para al fin entender.


Titubeos

Quizá por eso prefiero no verte,
o quizá por eso te veo,
para arrancarte el deseo del cuerpo
y cubrirme con tu abrazo perfecto.
Para olvidarme del mundo y descubrir el Misterio.

Sí, quizá por eso te veo.