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lunes, 10 de diciembre de 2007

En secreto

Mi rastro en la nieve pasaría inadvertido como el de Nena. Seguro moriría como ella, a lado de él, desangrandome, viendole vivir sin mi, sumido en la individualidad. Moriría como su prioridad pospuesta, para no arruinar su fotografía con una imagen mía. Para no interrumpir su lectura, haría como que duermo; mi fuga silenciosa, respetaría su espacio, para liberarle del compromiso que no desea. Moriría y no le diría, para que fuera feliz.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Adiós en París

A Nena...a ti. Tu aura infinita se despidió de mi con una sonrisa incomprensible. Entre la nieve y París no pude correr y seguirte; me falto el aire y el que había respirado me congelaba, no los pulmones si no en el alma. -Entre la nieve y París-, suspiré y mis sueños se perdieron en las nubes, buscando la estrella que serías tú. Mi rostro, solo y vacío, la gente ciega a mi dolor y el Sena tranquilo. Nada a mi alrededor. Con el murmullo de tu mirada, hablandome a los ojos, enamorandome los labios no hubo más que decir. Me resistí, golpeé, lloré y siempre desde el principio y hasta el final te amé. Luego cuando no hubo marcha atrás para mi, la hubo para ti. Tu partida fue larga, alegre y hasta callada. Desde mi sitio, ¿a donde ir sin ti? El estómago revuelto, el frío en los huesos, los deseos de morir. El hambre de tu piel, de tus cabellos oscuros enmarañados entre mis dedos, con el sudor que provocaba el sexo en nuestra piel. -Sin ti-, y caminé sobre mis pasos, tratando de entender, con la vida encima, la tuya, la mía y lejos de Madrid. No te vi, te morías y no te vi.

jueves, 29 de noviembre de 2007

No soy

"Podria coger cualquier autobus con tal de un beso más...." Idiota, Nena Daconte.

 No quiero pedirte amor, ni perderte; no quiero temer a tu partida, ni a que tus besos sean rutina. No quiero ser la mujer de tu vida si he dejado de ser tu sueño. No quiero ver al suelo en vez de verte a la cara; no quiero ocultar mi rostro tras tu desaparecida confianza. No puedo controlar el miedo, tu miedo. Ni convencerte del mío. No puedo... ...no quiero ser la idiota que corre tras tus besos, tras tus sueños, en pos del amor que hubo y no es. Que se fue. No quiero juzgar tu juicio, ni tu distancia. Ni las fotografías perdidas tras tu individualidad privilegiada. Perderme entre tus ocupaciones, desaparecer de tu vista; despegarme de tu vida, no quiero. No quiero ser invitada a tu recamara, ni estorbo en tu cama. No quiero irme, ni que te vayas, intercambiar papeles llenos de miedos, ni perderme los anhelos. ¡No quiero!, ser la idiota que camina tras tu senda, tras tus ojos, tratando de ser la luna que ya no buscas en el cielo oscuro, ni en la poesía escrita en tus manos, que ya no escriben mas... No quiero que ya no me quieras como me quisiste, ni quiero que me quieras como antes; no quiero llorar, no puedo y sin embargo lloro con tu ausencia en el silencio y la esperanza lenta de que me vuelvas a amar.