sábado, 12 de mayo de 2007

El concierto

Un suspiro de soledad se ahogó en su alma. En el silencio remarcado por la lluvia, la música alentaba ritmos en su corazón, aunque la mente deseaba poner punto final a todo. Una orquesta llenaba los espacios donde la tristeza se negaba a retirarse. El dolor prevalecía en aquella atmósfera, al mismo tiempo que la luz luchaba con la obscuridad. Sus ojos, de color café obscuro, lloraron por dentro. El agua caía y mojaba la vida, la muerte. Trató de sonreír, aquella música entraba por la piel, hasta su alma. Más allá de la dicha se encontraba la pena. Las notas eran su aliento y también el ahogo.
Un concierto para piano comenzó en aquel momento, era del mismo autor y pareció intensificar la obscuridad. Aquel concierto reflejaba, como siempre, sus sentimientos. La vida se fugaba con el aire, con la libertad, con la vida misma. A veces era mágica y a veces un hechizo maligno.
Al concluir el concierto, no hubo nada que indicara como retomar el rumbo.

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