II.- El agua de la regadera caía sobre mi cuerpo.
Cada gota sabía a sal. En el espejo se reflejaba la luna llorando,
sus lágrimas caían sobre mí. No el agua.
Cerré los ojos un momento, él estaba ahí, otra vez.
III.- Mis pies se mojaban con la lluvia. Esa noche no me importó,
tenía que disfrutar del sueño; imaginar que cada gota
que caía sobre mí era una parte de él.
IV
Mi sombra lucha, pero jamás gana.
Se opone, aunque yo permito que él y su esencia
se adentren en mí.
V
Un beso en la mejilla y un abrazo interminables, como el sueño
donde los imagino. Nunca logro quedarme ahí,
siempre despierto.
VI
Encontré una fotografía junto a mi cama,
la observé, luego la metí en un cajón para que no se fuera,
como se fue él. Me aferré al recuerdo de su aroma.
Esta impregnado a mí. Mi sombra no escapa.
Queda atrapada en la fotografía junto a su imagen.
*Escrito en noviembre o diciembre de 1996 (tal vez).
1 comentario:
Hola Ailed,
Hace tanto tiempo... Nunca pensé que los lances me dejaran algo tan bueno como la posibilidad de recuperarte. Me encnta el perfil de tu blogg, dices tanto. Siento que te dejé de ver siendo una niña y te redescubro ahora siendo una mujer. Probablmente de mí se pueda decir los mismo (pero en hombre, eh!, jejeje).
Espero que podamos retomar la comunicación por este medio. Hay tanto que contar.
P.d.- Eres muy bienvenida a Madrid cuando quieras.
Tu amigo Ramón Ortega III
Publicar un comentario