martes, 6 de mayo de 2008

Si tú.

En el silencio tu voz perdura. Risas al oído de noches distantes llenan tu ausencia. Tu rostro de rosa, tus ojos de noche, y mi boca en tus labios, sostienen mi alma. Son hilos delgados. Y si volvieras sin desesperanza, si creyeras de alguna manera que el tiempo se ha detenido. Si el viento te trajera y el sonido de tu ausencia no fuera la carne y los huesos que te recuerdan. Si fueras tú quien regresa en la tormenta. Si no te vieran cada noche mis ojos que te desean. ¡Si tu carne!, ¡si tu deseo! Si en el silencio, si con el tiempo. ¡Si no te amará!… si tú vivieras.

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