lunes, 5 de octubre de 2020

Ni poco más

Espero durante la noche una verdad que no llegó; una verdad hecha de desierto, olvidada en él. Su corazón, consumido con lentitud por la rabia voraz que sentía, la rabia de la verdad, se volvió cenizas: lo único cierto y constante seria su soledad, la elección siempre equivocada; nunca ser elegida, ni primera ni última. Ni poco más. No había Misterio, no había nada para ella dulce o permanente, nunca lo hubo; jamás besos o consuelo. Si el esfuerzo inagotable de vivir, solo eso. La furia pasó y Eloísa lloró en calma, mientras escribía, sumuda en ese único camino sin nada para asirse, ni recuerdos de verano o sonrisas en el frío París. Entonces cerró los ojos , abrazó la certeza de su suerte y en un suspiro soltó la calidez del cuerpo, de la esperanza y de la vida. Eloísa no volvió a sentir, ni poco más. *Escrito en julio de 2020.

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