lunes, 5 de octubre de 2020

Sin fin

-Un día parará la lluvia-, y mi sueño voló hasta tu ventana, tocó con fuerza el vidrio de ésta y te miró con tristeza durante minutos, horas completas. Intentó varias veces, en vano, que lo escucharas. La noche apareció, primero de forma tímida ocultando poco a poco los débiles rayos del sol, hasta que éste quedo atrapado entre sus brazos. Mi sueño volvió a tocar tu ventana, lo miraste un momento pero luego volviste la cara al otro lado como sino existiera; la tristeza me invadió. La lluvia persistía. Mi sueño murió de frío entre las gotas de agua; la lluvia no pararía jamás y lloré por siempre. Desde mi lugar supe que sonreíste. *Escrito el 3 de febrero de 2016.

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